Ayer los Reyes Magos le trajeron a mi primo un DVD original de un concierto en el que estuvo hace unos meses. Cuando pagas por un producto esperas que tenga una mínima calidad, pero en este caso no ha sido así. Cuando puso los DVDs en el reproductor empezó a hacer un ruido exagerado, como si estuviese centrifugando, y la imagen se veía a saltos o ralentizada. Observando los discos se veía que los bordes no eran completamente lisos y se apreciaba la pésima calidad de los mismos. Lo curioso es que copiándolos a un DVD virgen funcionan perfectamente (¿esto es ilegal?). Buscando por Internet he visto que a mas gente le había pasado lo mismo con estos discos.
Cuento esta historia en este blog de Cultura Libre porque creo que nos puede hacer reflexionar un poco, sobre todo acerca de los sinvergüenzas de las discográficas. Esos mismo que ponen el grito en el cielo contra la piratería (con el apoyo de la SGAE y el Ministerio de (in)Cultura). Si quieren sacar adelante su negocio, que se centren en ellos mismos y empiecen a ofrecer productos de calidad. Es vergonzoso pagar los precios que ponen a sus productos para encima comprobar que emplean materiales de bajísima calidad que no son acordes con ese precio. Si todavía quedan unos pocos que se atreven a pagar esos abusivos precios, que por lo menos les den lo que se merecen, un producto en condiciones.
Espero que el comportamiento casi mafioso de ciertas discográficas haga recapacitar un poco a los artistas que les quede un poco de dignidad. Lo lógico sería que empezasen a alejarse de esos mundos y trataran de producir sus obras "libremente", gestionándolas ellos mismos y teniendo un trato más cercano con el consumidor. Afortunadamente cada vez hay más artistas que siguen este último camino, aunque, desafortunadamente, todavía hay muchos más que les siguen el juego a esta gente. Confiemos en que en el futuro aumente la popularidad y uso de la cultura libre y se acabe de una vez con todos estos problemas.

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